Es por ella que éste frente lleva su nombre ... ¡¡¡LIVIA VIVE!!!
Nace LIVIA el 15 de julio de 1941 en la popular barriada de San Agustín del Norte. Estudió hasta 4to. Grado en la escuela “5 de Julio” y culminó los últimos grados en la escuela “Paz Castillo”. Su primer año de bachillerato lo estudia en el colegio “Nuestra Señora del Valle”, 2do. Y 3er. años en el liceo “Luís Espelozín” y finaliza el bachillerato en el liceo “Andrés Bello”; posteriormente, el 16 de septiembre ingresa a la Universidad Central de Venezuela en la Facultad de Humanidades y Educación, en la Escuela de Psicología. Transcurría el año de 1959 y sus inquietudes políticas y su rebeldía la llevan a ingresar rápidamente en la JUVENTUD COMUNISTA, destacándose como cuadro político y militar de gran valor y coraje; excelente estudiante, alternando sus estudios con actividades culturales. Con anterioridad había participado en la obra “El Paraíso de los Imprudentes”, interpretando a Cristina; en el elenco de “Don Juan Tenorio”, caracterizó a Doña Inés. También participó en el Grupo Teatral “Máscaras”.
LIVIA ingresa a la Universidad en un período en el cual la efervescencia revolucionaria estudiantil significaba la atención política del país y la reacción no se había apoderado del Alma Mater, como sucede en la actualidad, donde la honestidad de los profesores, en su gran mayoría, les permitía mantener en alto sitial su ética profesional. Ella, como militante comunista muy activa, aprendió que la salvación del mundo y la esperanza de los pueblos es el socialismo, razón por la cual su activismo se hizo cada vez más impetuoso. Sus inicios en las acciones armadas se remontan al año anterior -1960- cuando el sátrapa Rómulo Betancourt ordenó el cerco a la Universidad con tropas del ejército, participa con un grupo de camaradas y obstaculizan la entrada de las fuerzas represivas por los lados de la Escuela Técnica Industrial. La JUVENTUD COMUNISTA crea lo que se llamó “el aparato armado” en la Universidad y LIVIA entra a formar parte del mismo.
Así llega, entre acciones políticas y militares, el aciago día 1ro. de noviembre de 1961, donde varios grupos salieron a cumplir sendas operaciones contra los enemigos de la patria de Martí residentes en Caracas. LIVIA integraba uno de los grupos y en el fragor de la acción, casi en la retirada, recibe un disparo que le comprometieron órganos vitales, falleciendo a los pocos minutos dentro del carro en el cual habían llegado y procedían a retirarse. Pasadas las tres de la madrugada del día 2, los camaradas esquivando la movilización policial desplegada en la capital debido a las acciones ocurridas, pudieron llegar a la casa de LIVIA a entregarle su cuerpo a los padres.
En las primeras horas de la mañana conocimos de su inesperada muerte, increíble por demás, nos conmocionó de tal manera que rápidamente el Rectorado de la Universidad se llenó de militantes de la JUVENTUD COMUNISTA de toda Caracas, clamando venganza. Pasado el medio día sus restos fueron llevados a la funeraria situada, en ese entonces, entre las esquinas de Mercedes a Tienda Honda. Temíamos que la policía secuestrara el cadáver pero la movilización de sus camaradas y pueblo en general tal vez hizo desistir a las fuerzas del gobierno de sus malévolos propósitos, pero la dirigencia estudiantil, previendo funestas acciones del gobierno, trasladó muy temprano el ataúd con sus restos hasta la Universidad.
En hombros de sus camaradas dio vuelta al edificio de su querida Facultad de Humanidades donde tomó la palabra Juvencio Pulgar, expresando al final de su intervención: “Frente a tus restos, solemnemente, lo prometemos LIVIA: tu muerte será vengada”. Inmediatamente el cortejo inicia la gran marcha hacia el cementerio general del sur, pasando por el Rectorado para salir y tomar las calles de Caracas. Impresionante manifestación de pesar y dolor constituyó la presencia multitudinaria de estudiantes, camaradas, familiares, amigos y pueblo en general, quedando demostrado el gran sentimiento de solidaridad y cariño que le fue brindado en el largo recorrido a su última morada.
Antecedían al cortejo varias de sus compañeras de estudios portando sendas coronas de flores, seguidas por la multitud con una gran pancarta donde se leía: ¡CON TU NOMBRE VENCEREMOS! y muchas más de rechazo a la presencia de los batisteros en el país, y exigiendo venganza, al tiempo que entonábamos himnos revolucionarios: “Joven Guardia”, “La Internacional”, “Bella Ciao”, “La Varsoviana”, el “Himno de la Prisión” y nuestro Himno Nacional. Pasando por San Agustín del Sur, en la cima del cerro un grupo de jóvenes le brindaban el último adiós a LIVIA enarbolando y blandiendo nuestra enseña nacional y la del “Movimiento 26 de Julio” en un acto, por demás, muy emotivo que hizo estallar en aplausos a la multitud. Así mismo, al final de la avenida Ruíz Pineda, un grupo de estudiantes desplegó una inmensa tela que sentenciaba: “¡LIVIA, SAN AGUSTIN JURA VENGARTE!”
Ya en el cementerio, Víctor Ochoa, dirigente estudiantil universitario, se dirigió a la multitud destacando sus cualidades de luchadora revolucionaria, entregada a la lucha armada, que siempre caracterizaron a LIVIA; al igual que su participación en grupos culturales y teatrales. Luego de otras intervenciones, aproximadamente a las 2 y 30 de la tarde el blanco ataúd fue bajado a la fosa en medio de la entonación de nuestro Himno Nacional y sentimientos de llanto y dolor. Finalizado el acto de enterramiento, del mismo modo que llegamos nos retiramos: entonando canciones e himnos revolucionarios y gritando consignas jurando venganza, poniendo fin a una triste jornada de sepelio de la primera camarada abatida en una acción armada.
En honor a LIVIA, en el Centro de Investigaciones Militares, que el PARTIDO COMUNISTA creó en el cerro “El Garabato” del estado Miranda, donde se fabricaban armas y explosivos y además funcionaba la escuela de instrucción de los miembros de las brigadas de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (F.A.L.N.), se diseñó un modelo de sub-ametralladora con el nombre de “LIVIA-9”. Igualmente, en Cuba existe una Unidad de Producción que lleva su nombre; así mismo, el Centro de Estudiantes de Psicología de la Universidad Central al igual que la Facultad de Ingeniería, como la Sala de Lectura fueron honradas también con el nombre de LIVIA GOUVERNEUR.
LIVIA, admirada por siempre, seguirá presente en nuestra memoria como un recuerdo indeleble y nuestra GLORIOSA JUVENTUD COMUNISTA enarbolará en sus manos, en todo momento, las banderas de sus luchas, de sus ideales de LIBERACION NACIONAL, de su eterno ejemplo de la juventud revolucionaria y de su gran espíritu de tenacidad y valentía.
Contó su madre, la señora Lola Camero, fallecida casi un año después: que ese día miércoles 1ro. como lo había hecho en muy pocas y raras ocasiones, se puso a jugar con sus hermanos menores corriendo de un lado a otro del patio y luego estuvo conversando con ella, y como ironía del destino, recordaba la madre que le dijo: “No te vaya a extrañar que un día de estos me traigan muerta”. Más tarde, a las 3 p.m. abandonó LIVIA su casa para nunca regresar con vida.
En medio de la agitación política que se vivía en Venezuela, con el rompimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba y las garantías constitucionales próximas a cumplir un año suspendidas por decreto del sátrapa Rómulo Betancourt, a media mañana del día 27 de noviembre irrumpe en el cielo caraqueño un avión DC-6 de Avensa, causando el natural asombro entre sus habitantes por la baja altura en que volaba, esparciendo miles de hojas volantes con el siguiente texto:
“La suspensión indefinida de las garantías constitucionales es la dictadura personalista de Rómulo Betancourt. Un año de violación de los derechos humanos y de las libertades públicas, abolida la Constitución y asesinando a los estudiantes es el balance de la nueva dictadura!!! Todos los venezolanos unidos en la protesta del 28 de noviembre!!! Honor a los caídos en la lucha por la libertad!!! ¡¡¡Operación LIVIA GOUVERNEUR!!! “
En una acción de audacia y valor, para aquella época, sin precedentes similares en Venezuela, cinco jóvenes militantes de la JUVENTUD COMUNISTA DE VENEZUELA, cuyos héroes fueron: JOSE RAFAEL BOSQUE, EFRAIN ENRIQUE LEON, RUBEN PALMA, ANTONIO PAIVA REINOSO y GIRMAN BRACAMONTE, secuestran la nave aérea en vuelo de Maiquetía a Maracaibo y obligan al piloto y copiloto sobrevolar Caracas para lanzar los volantes. El “Aguilucho” que habló, portando una sub-ametralladora, les comunicó a los pasajeros con mucha serenidad: “Señores pasajeros, no se preocupen. Este avión ha sido tomado por nosotros en cumplimiento de una misión política que nos ha encomendado nuestro Partido, el PARTIDO COMUNISTA. Es el inicio de la operación LIVIA GOUVERNEUR”.
Luego de llevarse a cabo la operación con todo éxito, el avión es llevado a Curazao, en vista de que no pudieron ir a Cuba, donde solicitan asilo político, el cual les fue negado por las autoridades de la isla, quedando detenidos los camaradas, quienes serían extraditados a Venezuela días más tarde. Así finalizaba el episodio de la audaz operación llevada a cabo por unos jóvenes COMUNISTAS que fueron bautizados con el calificativo de “LOS AGUILUCHOS”.
¡¡¡ HONOR Y GLORIA A NUESTROS MARTIRES Y HEROÍNAS!!!